Bendice, alma mía, a Jehová , y no olvides ninguno de sus beneficios.
Salmo 103:2
Es bueno que nos detengamos hoy a recordar y enumerar conscientes e intencionalmente la demostración de sus bondades para con nosotros.
Al hacerlo nuestro corazón se llena de gratitud y se desborda en adoración.
Aquí les dejo el Salmo 103: 3-10 como un excelente ejemplo de muchos, para recordar el beneficio de su increíble poder y voluntad para perdonar.
- Mi Dios me perdonó TODOS mis pecados.
- Sana TODAS mis dolencias [emocionales y físicas].
- Me libró y me libra constantemente de la muerte [física y espiritual] .
- Me rodea de su amor y ternura SIEMPRE.
- Me da siempre TODO lo mejor.
- Me hace FUERTE como las águilas para remontarme por encima de cualquier circunstancia.
- Mi Dios es un Dios justo que reconoce los derechos de la gente que sufre.
- NO se enoja fácilmente y es muy GRANDE Su amor.
- No nos reprende todo el tiempo ni nos guarda rencor para siempre.
- NO nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos.
Se cree que David escribió este salmo al final de sus años y en edad bastante avanzada o después de pasar una enfermedad o situación difícil.
Lo cierto es que David decidió recordar la bondad y la misericordia de Dios durante su vida.
Ante sus beneficios otorgados por Su perdón ...¿Cuál debería ser la respuesta lógica de nuestros corazones a la magnitud de sus beneficios hacia nosotros?
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