A lo largo de nuestra vida pasamos por momentos y situaciones que pueden parecernos muy difíciles de enfrentar y superar. Pueden ser problemas emocionales, económicos, separaciones físicas, enfermedades y otras tantas que enfrentamos a través de los años.
Hoy vamos a aprender 5 cosas que Dios quiere sepas cuando pasas por tiempos difíciles.
1- Dios está con nosotros.
No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa. Isaías 41:10
Saber que Él está con nosotros y que es nuestro Dios hace que el miedo y la angustia merme y se debilite. Eso nos da fuerza para sostenernos en él a medida que el tiempo duro pasa.
Enfocarnos en que contamos con su presencia, saber que él no nos deja solo, es una forma de guardar nuestra mente porque así estamos intencionalmente poniendo la mirada en su grandeza y poder y en el sostenimiento de su mano aún en momentos tan difíciles.
2- Dios es bueno.
El Señor es bueno; es refugio en tiempos difíciles y protector de los que acuden a él. Nahum 1:7
No permitas que los pensamientos acerca de la bondad de nuestro Dios sean puestos en duda. Aún cuando Dios permite que atravesemos situaciones que no nos agradan, nos podemos refugiar en él y en su protección. Podemos ir así corriendo en medio de las circunstancias porque él a prometido estar siempr(ver Mateo 28:20).
Si la memoria nos falla, vayamos a la Biblia, leamos una promesa y eso refrescará nuestra memoria en la abundante bondad para todos los que en él confían y se refugian.
3 - Dios nos da su paz.
Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo les doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo. Juan 14: 27
La paz que Dios nos promete dar va mucho más allá que la paz que conocemos o creemos.
Normalmente si hablamos de paz nos estamos refiriendo a la ausencia de guerras y conflictos. Pero la paz de Dios, su concepto "Shalom", que nos enseña la Biblia es mucho más, significa bienestar mental y emocional , seguridad y abarca todas las áreas de nuestra vida. Es esa paz a la que Cristo nos trae con el Padre Celestial.
A medida que pasamos tiempo con Dios en su presencia orando, meditando y leyendo su palabra aprenderemos a descansar en sus promesas.
4- Dios nos equipa para vencer.
Pues Dios no nos a dado un espíritu de temor (miedo) y timidez sino de poder, amor y autodisciplina (dominio propio). 2da de Timoteo 1: 7
Dios nos llena de su maravilloso Espíritu Santo y nos capacita para enfrentar las situaciones de la vida. No es tiempo para sentirnos timidos ni intimidados, sino valientes y echar mano de las herramientas que él nos da y usarlas (ver 2da de Corintios 10:3-4).
En medio de las adversidades tenemos que usar el dominio propio que Dios nos da. Las emociones no deben reinar y guiar nuestras acciones. Podemos mantener la calma y la serenidad e incluso con sumo gozo (ver Santiago 1:2) porque confiamos en nuestro Padre y él nunca nos fallará.
Podremos atravesar este valle de sombra (Salmo 23:4) , cruzar aguas profundas y ríos,incluso caminar por el fuego (Isaías 43:2) y salir victoriosos porque todo lo podemos hacer en Cristo que nos da las fuerzas (Filp. 4:13).
5- Dios nos escucha y actúa.
Pero yo clamaré a Dios. Y el Señor me salvará . Mañana, tarde y noche clamo angustiado, y él me escucha. Aunque son muchos los que me combaten, él me rescata, me salva la vida en la batalla que se libra contra mí. Salmo 55: 16-18
A veces cuando estamos en una calamidad olvidamos que podemos clamar a Dios en medio de lo que sea. Nos dejamos cegar por las amenazas que nos rodean, por las voces de los enemigos de nuestra alma y el tamaño de los problemas.
Pero la Biblia nos enseña que siempre que clamamos a Dios él nos escucha y pasa a la acción. Puede suceder que en ese momento Dios no nos libre físicamente tal como quisiéramos; tal vez "momentáneamente" no nos libre de la enfermedad o de esa batalla que nos acecha, pero si nos concede paz que necesitamos y nos da una nueva perspectiva del asunto o situación. Nos recuerda que nuestra vida está en sus manos y en él tenemos salvación.
La muerte de Jesús en la cruz y su resurrección nos garantiza ya la victoria, ¡una victoria que él logró!
No hay ninguna aflicción tan grande que Jesús no pueda vencer y usted no pueda ser más que vencedor.
En medio de nuestros problemas y dolores podemos recordar que Jesús ya ganó y que ahora en él en este presente tenemos vida y vida en abundancia, aunque las circunstancias y nuestras emociones "momentáneamente "digan lo contrario.
Amén.
ResponderEliminar