sábado, 18 de julio de 2020

Esperanza contra esperanza

Aún cuando no había motivos para tener esperanza, él [Abraham] creyó en esperanza contra esperanza.

Romanos 4:18



Esta palabra "esperanza contra esperanza" había gravitado en mi mente por cierto tiempo... por la insistencia sabía que algo Dios me quería enseñar ...hasta que, con la ayuda del Espíritu Santo me dispuse a escuchar y aprender para que luego esa enseñanza tomara  forma  y asiento en mi alma. 

La mayoría de las personas creen que la palabra  "esperanza" es algo así como un pensamiento ilusorio; es como si" esperamos que algo suceda de repente".  Ese es el concepto que muchos de nosotros teníamos, ¡incluyendome!  hasta que el Espíritu Santo nos quita el velo, tal como lo ha hecho conmigo y esta palabra.

Esta palabra que se repite  "esperanza contra esperanza"  tiene dos significados. Y a continuación no sólo vamos a descubrir qué tipo de esperanza tenemos, sino que,   vamos a conocer qué tipo de esperanza es la que le agrada a Dios.

En la traducción griega la palabra esperanza se traduce como: futuro incierto  y  tiene su significado de "algo que depende de lo humano para que llegue a suceder". Esta es la esperanza natural en nosotros, la que excluye a Dios y su poder sobrenatural. Negando la fe en todas las formas posibles, claro está, nosotros no lo decimos ni tampoco lo vemos  así,  pero nuestras acciones lo demuestran; esta esperanza te "alienta", "anima" y "motiva" que las cosas salgan bien,  ¡que tú puedes! pero repito, solo en lo natural; es decir, en nuestro esfuerzo, y dependiendo de las circunstancias externas,  pero cuando las cosas no suceden así, las personas se sienten impotentes, se amargan y se frustran.  

Es esta la esperanza que Pablo afirma que Abraham estaba en contra. Este tipo de esperanza es un principio que gobierna este mundo, es decir un espíritu que rige al mundo y cuando hablo de mundo me refiero al sistema filosófico,  esta esperanza tiene como sinónimo la incredulidad, porque está arraigado a lo natural y detrás de eso se esconde el miedo.  Lo vemos plasmado también en el nuevo testamento con nuestro Señor Jesús cuando se enfrentó al espíritu de incredulidad con sus discípulos alla en Mateo 17: 14 al 20.

Y esto NO es lo que precisamente la Biblia nos enseña acerca de la esperanza de Abraham.

El vocablo esperanza en su original  hebreo tanto el sustantivo como el verbo significan "confianza, expectativa [a la espera de], seguridad, deseo expectante". La interpretación judía de la esperanza es una firme seguridad de que las cosas van a salir bien porque quien lo dice es el Dios Fiel porque esa esperanza reposa en el conocimiento de su carácter y sus promesas. Es esta la esperanza de Abraham.

Abraham no tuvo motivos para que su esperanza fuese en sí mismo o en su condición humana, más bien eligió poner su esperanza en lo que Dios le había dicho y creyó que ciertamente Dios cumpliría Su Palabra. Romanos 4:19.  

Imagínese que Abraham murió y tampoco  vio físicamente cumplida esta promesa [ Haré de ti una nación grande, te bendeciré. Yo te haré Padre de multitud de naciones..." Génesis 17:4 -8.]

Creyó solamente, porque solo conocía la veracidad e inmutabilidad de Aquel que le había prometido que haría de él una nación grande.  No en vano Abraham era llamado amigo de Dios. De veras lo conocía.

Esta es la esperanza que agrada a nuestro Dios y que  alimentan nuestra fe. Y la fe es para su espíritu lo que la esperanza es para su mente.


En nuestro andar por fe, esta es la primera batalla que tenemos que enfrentar en nuestra mente, tal como la enfrentó Abraham en su mente también: " Y la fe de Abraham no se debilitó a pesar de que reconocía que, por tener 100 años de edad, su cuerpo ya estaba muy anciano para tener hijos, igual que el vientre de Sara." Romanos 4:19.  Abraham no negó su realidad, (la interna, es decir la suya propia y luego la externa: la de Sara)  pero había una verdad por encima de su realidad, una promesa que era su esperanza. 

Y es vital que esta esperanza venza en nuestras vidas porque eso no solo alienta, inspira e impulsa nuestra fe sino que determinará nuestro forma de caminar con Dios.

 Jesús dijo" si fuesen hijos de Abraham, las obras de Abraham hicieran Juan 8:39


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