Bendeciré a los que tienen un corazón humilde y arrepentido, a los que tiemblan ante mi palabra.
Isaías 66:2
De verdad que amo esta escritura, la he leído en todas las versiones, ¡y me encantan todas!
Voy a describir un poco lo que significa para poder continuar con lo que ella me a enseñado para vivir, es decir, explicar esas palabras que son claves para poder entender lo Dios quiere decirnos aquí.
"Bendeciré [Acepto, apruebo] a los que tienen un corazón humilde [que se dan cuenta y reconocen que tienen necesidad de Él] y arrepentido [cuando se dan cuenta de esa necesidad, <esa necesidad es de mendigo>, se vuelve a Él] , a los que tiemblan [ corren a obedecer, respeta, toman en cuenta su palabra] ante mi palabra. "
Hago esta aclaratoria porque son éstos en los que Dios se fija, bendice y aprueba. Dicho esto y aclarado, vamos con la enseñanza.
Cuando Dios nos habla, tenemos dos opciones a elegir: responder con humildad y confiar, o ignorar y endurecer nuestro corazón a su voz. Ambas traen consecuencias. ¡¿Cuál eliges?¡
He visto por años tristemente, como personas que no "obtienen" lo que quieren o pasan por pruebas y situaciones adversas, simplemente endurecen su corazón.
Lo mismo le sucedió al pueblo hebreo en el desierto, Dios escuchó su clamor y los sacó de Egipto, si, por petición de ellos mismo. Dios tenía un plan extraordinario para ellos, y uso a propósito el desierto para probar en sus corazones si realmente confiaban en Él.
Los guió por medio de ese sequedal y árido lugar para demostrar si eran capaces de obedecer su voz. Pero al contrario eligieron endurecer su corazón. No solo lo demostraron con sus palabras de quejas y de retos hacia Dios, lo demostraron también con sus acciones.
La misma Biblia nos dice en forma de advertencia para nosotros "No endurezcan su corazón como lo hicieron los israelitas." Hebreos 3:7-8
El largo tiempo por el desierto los convirtió en personas amargadas e insatisfechas. Eligiendo endurecer sus corazones, por tanto no podían conocer los caminos de Dios. Como consecuencia de esa elección y de asumir actitudes equivocadas, no pudieron avanzar a lo que Dios les había prometido por negarse a confiar en Él.
No dejes que tu corazón se endurezca durante los desiertos y situaciones difíciles que tengas que atravesar durante la vida. Cuando nuestro corazón se endurece somos rebeldes, rechazamos la corrección, tendremos dificultad para escuchar y dudaremos si el Señor nos habla. E incluso nuestras relaciones personales se verán afectadas llegando también a volverse un tormento, porque no estaremos dispuestos a ver la perspectiva de otros ni llegar a entender sus necesidades, mucho menos entonces movidos a compasión.
Tal vez para este momento ya sepas que Dios te ha hablado, y que hay una respuesta de tu parte, tal vez no lo has dicho con palabra, sino con tus acciones. Hay que buscar intencionalmente a Dios para ablandar nuestros corazones, clamar por su auxilio para ablandar y mantenernos blandos y sensibles, humildes al toque de su voz y de su presencia.