¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos!
1 Juan 3:1
Una de las más grandes revelaciones que llega a traernos la Palabra de Dios, especialmente el N.T., es que Dios es el Padre Celestial y nosotros los creyentes, los discípulos, somos sus hijos por medio de la fe salvadora en Cristo Jesús (Juan 1:12).
Ser hijo es el privilegio más grande que podemos experimentar al conocerlo.
En Jesús descubrí que ser hijo, (en mi caso hija) es la base de la fe, la confianza y la esperanza.
Y Dios desea que estemos cada vez más conscientes por medio de su maravilloso Espíritu Santo, quien nos adopta como hijos ( Romanos 8:15) que somos hijos amados, queridos y aceptados, con el fin no sólo de salvarnos eternamente, sino conformarnos aquí y ahora a la imagen de Su Hijo Jesucristo (Romanos 8:29) .
Nuestro hermano mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario