Solo crean que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; o al menos crean por las
obras que me han visto hacer. Les digo la verdad, todo el que crea en mí hará las mismas obras que
yo he hecho y aún mayores, porque voy a estar con el Padre. Pueden pedir cualquier cosa en mi nombre, y yo lo haré, para que el Hijo le dé gloria al Padre. Es cierto, pídanme cualquier cosa en mi nombre, ¡y yo la haré!.
Juan 14.11 al 14
Los cristianos solemos terminar nuestras oraciones con la frase: "En el nombre de Jesús, amén". Incluso terminar nuestras oraciones de esta manera por supuesto no está mal, la pregunta es ¿ sabes lo que significa, realmente, orar en el nombre de Jesús?
Muchos de los creyentes consideran que cualquier petición que termine con estas palabras ha de cumplirse de manera instantánea, automática, como diría mi Pastora "mágicamente" , no obstante orar así no es una forma de garantía espiritual para el cumplimientos de nuestros deseos.
Obviamente que es muy cierto que Él nos prometió hacer todo lo que le pidamos en Su Nombre (Juan 14:14). Pero, no podemos fundamentar nuestro concepto de oración solo en este versículo sin tomar en cuenta su contexto y por supuesto otras enseñanzas sobre este tema a lo largo de toda la Biblia. Al hacerlo de esta manera solo traería confusión y frustración cuando Dios no responda lo que "pidamos como esperamos".
Si leemos detenidamente notaremos que la misma escritura nos dice que orar en el Nombre de Jesús, es pedir según su voluntad para que el Padre sea glorificado en el Hijo (Juan 14:13). Dicho en otras palabras, nuestras peticiones deben ser congruentes con los deseos y propósitos de Cristo, que nos ha sido revelado a través de la Biblia. Eso es precisamente lo que significa cuando usted y yo oramos en el Nombre de Jesús; pedimos según su voluntad para que el Padre Celestial se glorifique en el Hijo.
Nuestro motivo siempre debe ser glorificar al Señor con nuestras peticiones y no agradarnos a nosotros mismos. Al orar de esta manera podemos decir nuestras oraciones con fe "En el nombre de mi Señor Jesús, amén. Y tener la confianza y plena convicción que Él nos responderá.
¡El Espíritu Santo nos ayuda!